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Cómo hablar con los hijos sobre las drogas

 

 
 
La información es una estrategia fundamental en la prevención del consumo de drogas. Es importante hablar con los hijos y fomentar la comunicación y el diálogo, ya que todas ellas son armas preventivas con un valor fundamental para la toma de decisiones.
 

Pero la información por sí sola, siendo un instrumento necesario e importante al servicio de la prevención, no es suficiente, ni siquiera constituye la base fundamental de la actuación de padres y madres.
 
 
 
 
Para que una información concreta influya en un comportamiento, ésta debe englobarse en un proceso activo de aprendizaje. Hay que reforzarla desarrollando en nuestros hijos actitudes críticas respecto a los consumos; haciéndoles pensar más que diciéndoles lo que seguramente ya conocen; fomentando su capacidad de decidir y de valorar los riesgos que conlleva el uso de las drogas.
 
 
 
 
Ejemplos: ¿me divierto más cuando bebo?¿por qué asociamos el alcohol a la diversión? Realmente ¿sirve para ligar? ¿por qué se fuma aún sabiendo que es malo?¿me gustaría que mi hermano pequeño tomase pastillas?
 
 

Este objetivo sólo es posible si...

Existe un clima familiar adecuado que facilite una comunicación abierta, bilateral y sincera y que invite a consultar dudas y exponer experiencias sobre éste y otros temas. Si no hablamos con nuestros hijos habitualmente, si no les conocemos, si no tenemos espacios para la convivencia, si censuramos pensamientos y temas, es difícil poder abordar esta materia con naturalidad.

Los padres podemos mantener nuestra capacidad de influencia, lo cual se consigue respetando las opiniones ajenas y ofreciendo una información válida y veraz. Tenemos que escuchar atenta y respetuosamente las opiniones de nuestros hijos, lo que no significa que aceptemos dichas opiniones.

Los padres podemos sentirnos seguros. Para ello tenemos que estar informados sobre las nociones básicas de las drogas y sus consumos, sin que esto signifique que debamos ser expertos en la materia. Podemos admitir el desconocimiento sobre alguna cuestión, proponiendo la búsqueda conjunta de información sin perder seguridad en nosotros mismos.

Evitemos los interrogatorios, a favor de un diálogo bilateral. Para ello conviene rechazar las preguntas cerradas (¿quién?,¿a qué hora?, ¿cuánto?,...) y optar por preguntas que inciten a la reflexión (¿cómo te sientes?, ¿qué pensaste en ese momento?, ¿cuál es tu opinión?,...). Junto a estas preguntas intercambiar informaciones, comentarios y opiniones personales.

Para informar a nuestros hijos sobre las drogas debemos tener en cuenta:

¿Cómo hablar sobre las drogas en función de la edad? Fundamentalmente, ante la demanda explícita por su parte o cuando intuyamos que tienen interés por conocer. También podemos aprovechar momentos propicios para una intervención (programa de TV, situación de consumo en la calle,…). Ahora bien, conviene evitar lanzar mensajes de forma continuada e indiscriminada ya que los mensajes repetitivos pierden eficacia.

Cuando los hijos son pequeños pero ya están en Primaria, es normal que nazca el interés por las drogas socialmente aceptadas, sobretodo, el alcohol y el tabaco. Es un momento en el que no procede informar sobre otras sustancias a no ser que la situación lo requiera.

Lo importante es responder siempre ante sus demandas. Los padres debemos mostrar una total disponibilidad para atender cualquier pregunta o cuestión y no rechazarlas incluso en situaciones comprometidas. Siempre que sea posible, hay que elegir momentos adecuados, sin tensiones ni interrupciones.

Cuando son adolescentes o jóvenes, es conveniente dialogar sobre las drogas, sus efectos, los motivos por los que la gente los consume,... de forma natural y continuada en las relaciones cotidianas. No intentar agotar el tema en un solo día. En este momento , ya se pueden abordar las otras sustancias, siempre y cuando hayamos detectado la necesidad de saber o le sean cercanas.

¿Cómo debemos hablar de drogas? ¿Con qué tipo de mensajes?

Mostrando una actitud clara y firme de rechazo al consumo , especialmente en menores de edad.

Adecuando los contenidos a la edad, la madurez, la capacidad de comprensión, la experiencia previa, las expectativas y las circunstancias concretas de la persona que demanda la información.

Respetando sus puntos de partida : para que resulte válida la información, debemos partir de lo que ellos conocen, de su experiencia, de sus ideas erróneas (que manejan como ciertas), de lo que quieren saber y de su percepción personal del tema.

Con información objetiva, veraz y realista. Evitando dramatizar, amenazar o exagerar sobre los efectos de las sustancias. Tampoco es conveniente banalizar los consumos o ciertas formas de los mismos.

Dando la información ajustada, no más de la necesaria.

Destacando las ventajas del no consumo frente a enfatizar los inconvenientes del consumo.

Usando mensajes cortos, sencillos y claros, que incluyan ejemplos cercanos al estilo de vida familiar. Evitando mostrar situaciones extremas y poco comunes para enfatizar los riesgos del consumo.

Utilizando un lenguaje sencillo , sin tecnicismos, ni palabras de argot .

Fuente: Curso Virtual "En Familia"
www.intercampus.educared.net


 

 

 


Cómo hablar con los jóvenes sobre las drogas
Muchos padres dudamos que sea adecuado hablar con sus hijos del tema del alcohol y otras drogas. Otros pensamos que no es posible que nuestros hijos tengan relación con sustancias ilegales. Y otros, finalmente, retrasamos el tema porque no sabemos lo que decir ni cómo hacerlo; o porque tenemos miedo de introducir esas ideas en la mente de nuestros hijos.

No espere hasta el momento en que piense que su hijo tiene un problema. Muchos jóvenes que asisten a los programas de tratamiento cuentan que tomaron alcohol y otras drogas durante dos años sin que sus padres se dieran cuenta. Empiece pronto a hablarles del tema del alcohol y otras drogas, y mantenga abiertas las líneas de comunicación.

No debe asustarle admitir que no posee todas las respuestas. Deje que sus hijos sepan que el tema le interesan y que pueden colaborar juntos para encontrar las respuestas. La sección de este sitio web titulada Información sobre drogas le proporcionará documentación que puede ayudarle a debatir el tema con sus hijos.

Incluimos aquí algunas sugerencias básicas que mejorarán su capacidad de hablar con sus hijos acerca del alcohol y otras drogas:

  • Aprenda a escuchar.
    Asegúrese de que sus hijos se sienten cómodos al plantearle preguntas o problemas. Escuche atentamente lo que le dicen. No deje que lo que oye le encolerice y ponga fin por ello a la conversación. Si es necesario, haga una pausa de 5 minutos para calmarse antes de seguir hablando. Tome nota también de lo que su hijo no dice. Si no le habla de problemas, tome la iniciativa y pregúntele cómo le va en la escuela y en otras actividades.
  • Muéstrese dispuesto a debatir los temas más delicados.
    Los jóvenes necesitan saber que pueden confiar en sus padres para obtener información precisa acerca de los temas que les importan.
  • No escatime las alabanzas.
    Ponga de relieve aquellas cosas que sus hijos hacen bien, en lugar de concentrarse en las que se equivocan. Cuando los padres están más dispuestos a alabar que a criticar, los hijos aprenden a sentirse bien consigo mismos y desarrollan la capacidad de confiar en su propio juicio.
  • Emita mensajes claros.
    Cuando hable sobre el alcohol y las drogas, debe estar seguro de que sus hijos reciben con claridad el mensaje de que no deben tomar ni el uno ni las otras, para que sepan con exactitud lo que se espera de ellos. Por ejemplo, dígales: "En nuestra familia no está permitido tomar drogas ilegales y a los jóvenes no se les permite beber."
  • Sea un modelo de buena conducta.
    Los niños aprenden tanto con la enseñanza como con el ejemplo. Los hijos modelan su conducta a partir de la de los padres, por lo que debe estar seguro de que sus actos reflejan las normas de honestidad, integridad y juego limpio que espera de sus hijos.

Sugerencias para la comunicación

La comunicación eficaz entre padres e hijos no es siempre fácil de conseguir. Los jóvenes y los adultos tienen estilos de comunicación diferentes y maneras distintas de responder en una conversación. Además, el momento y la atmósfera pueden determinar el éxito que tendrá la comunicación. Los padres deben buscar el momento de hablar con sus hijos de una manera tranquila, sin prisas. Las sugerencias siguientes tratan de ayudarle a lograr una mejor comunicación.

Escuchar

  • prestar atención
     
  • no interrumpir
     
  • no preparar la respuesta mientras su hijo está hablando
     
  • reservar los juicios hasta que su hijo haya terminado de hablar y le haya pedido una respuesta

     

    Mirar

     

    • Fíjese en el lenguaje corporal y la expresión facial de su hijo. ¿Parece nervioso o incómodo? ¿Bosteza, tamborilea con los dedos sobre la mesa, da golpecitos con el pie, mira el reloj? ¿O parece relajado, sonríe y le mira a los ojos? La lectura de esos signos ayuda a los padres a saber cómo se siente su hijo.

       

    • Durante la conversación, muestre que reconoce lo que su hijo le está diciendo. Si está sentado, incline el cuerpo hacia delante; si pasean, tóquele un hombro, o asienta con la cabeza y mantenga el contacto ocular.

       

      Responder
      • "Me preocupa mucho que..." o "Comprendo que a veces es difícil..." son una manera mejor de responder a su hijo que empezar con frases del tipo "Deberías...", "Si yo estuviera en tu lugar..." o "Cuando yo tenía tu edad no..."
      • Si un hijo le cuenta algo que preferiría no haber oído, no ignore esas frases.
      • No conteste con un consejo a todas las afirmaciones. Es mejor escuchar con atención y tratar de entender los sentimientos reales que hay detrás de las palabras.
      • Asegúrese de entender lo que su hijo quiere decir. Repita lo que ha creído entender y pídale confirmación. Fuente: A Parent's Guide To Prevention, U.S. Department Of Eduction

         


        Si usted tomó drogas en el pasado

        Lo que realmente importa es el valor de tener una discusión cara a cara con un joven acerca del alcohol, el tabaco y las drogas. Lea varias veces la conversación siguiente, para comprobar que entiende su propósito. No se trata de repetirla palabra a palabra, como en un recitado. Lo más importante son los principios que contiene. Éstos son:

        • Escuchar
        • Llevar el diálogo con calma
        • Provocar comentarios tras cada segmento
        • Establecer su agenda y comunicarla para que su hijo la oiga y no la interrumpa

        Ejemplo

        El hijo de 12 años vuelve del centro escolar y, con toda naturalidad, comenta: "Hoy aprendimos cosas de las drogas. El profesor dijo que muchas personas de tu edad acostumbraban a tomarlas. ¿Lo hiciste tú?"

            Aquí se le presentan muchas oportunidades. Al hacerle esa pregunta, su hijo le proporciona la oportunidad de que desarrolle la capacidad de escuchar, además de la de responder a su pregunta, por lo que debe procurar no reaccionar con demasiada rapidez. Es comprensible que una pregunta acerca de su relación personal con las drogas le haga sentirse incómodo, pero veamos qué posibilidades se le abren aquí.

        Usted podría decir: ¡Vaya! ¿Así que hoy habéis dado el tema de las drogas? ¿Qué te han enseñado?

        Hijo: Bueno, cosas de las drogas y el alcohol. El profesor dijo que muchas personas de tu edad tomaron drogas cuando eran jóvenes.

        Usted: La verdad es que no estoy muy seguro de lo que quería decir tu profesor, pero puedo hablarte de lo que sé de aquellos tiempos. ¿Te apetece? (Aquí el padre o cuidador ofrece una posibilidad de elección, porque algunos chicos prefieren tener un conocimiento general, sin conocimientos específicos de la experiencia de sus padres o cuidadores. Otros, en cambio, querrán escucharle.)

        Hijo: Claro.

        Usted: Pues muchas personas de mi edad, que en aquellos tiempos eran adultos jóvenes, probaron la mariguana. Solíamos darle el nombre de "porro". Pero no sabíamos de ella tanto como sabemos ahora. Lo mismo pasaba con los cigarrillos. Tampoco creíamos que fumar fuera malo. ¿Sigues queriendo saber si fumé mariguana? Piensa tu respuesta. ¿Cómo te sentirías si contestara que sí?

        (Para entonces, la conversación se puede estar abriendo.)

        Hijo: Pensaré en ello. No sé si quiero que me respondas... bueno, sí y no. Sí, porque siempre dices que hay que ser sincero. No, porque no estoy seguro de lo que pensaré de ti. Si contestas que no, serás un padre normal. Si contestas que sí... no sé, me resultaría extraño.

        Usted: Tienes toda la razón. Por eso quería que pensaras en ello. Pero recuerda que si decides mantener la pregunta, y con independencia de cuál sea mi respuesta, podemos hablar más de ello.

        (Incluso antes de que haya respondido a la pregunta, se han abierto muchas oportunidades entre usted y su hijo. Eso representa más de la mitad de la batalla para ayudar a los chicos a rechazar el alcohol y las drogas: una fuerte relación con los padres, aunque a veces resulte duro, les ayuda siempre.)

        Hijo: ¿Simplemente estás intentando no responderme?

        Usted: No, lo que intento es pensar seriamente cómo responderte para que sepas más de lo que crees acerca de cómo tomé drogas.

        Hijo: ¿Entonces las tomaste?

        Usted: Sí, las probé. Un par de veces, porque unos amigos míos lo hacían. Enseguida lo dejé, porque decidí que no era bueno.

        (Es importante trazar una distinción entre haber tomado drogas de adolescente, cuando era un adulto joven o el uso actual de los adultos. No debería decir que las toma actualmente si su hijo no se lo pregunta directamente. Debería buscar ayuda para usted y para su hijo con el fin de hacer frente a esta situación.)

        Usted: ¿Qué piensas?

        Hijo: ¿De qué?

        Usted: De que te haya dicho que lo hice y lo dejé.

        Hijo: Oh, está bien. No sé qué decirte.

        Usted: ¿Te preguntarías si te daría permiso? ¿O piensas que está bien tomar drogas porque yo lo hice?

        Hijo: Bueno, si tú lo hiciste, ¿cuál es el problema?

        Usted: Que yo las tomara o no, no es lo principal. Lo principal eres tú. Claramente no deseo que pruebes el alcohol, la mariguana ni cualquier otra droga. No voy a darte una conferencia acerca de lo malas que son, porque probablemente ya has aprendido mucho de ellas en el aula. Pero sí quiero que pienses en esto: tú, lisa y llanamente, no las necesitas. Tú tienes muchas expectativas. Las drogas no ayudan realmente a nada. No solucionan los problemas. No te harán más popular. No te ayudarán a crecer. Y seguramente no te ayudarán a tener una mente y un cuerpo fuertes. De hecho, lo que suele suceder es lo contrario. Ahora prepárate para el entrenamiento de fútbol: eso sí es algo que te hará sentirte bien.

        Evidentemente, esta conversación podría transcurrir de numerosas maneras. Pero lo realmente importante es que escuche. Debe aclarar que le (o la) valora y que cree que tiene el derecho a hablar con usted acerca de cualquier cosa, así como que no quiere que tome alcohol ni drogas.


         

        Recuerde:
        • Valorar a los hijos

           
        • Buscar su aportación

           
        • Dejar bien claras sus expectativas
           

        Fuente: Keep Youth Drug-Free, U.S. Department of Health and Human Services.










Cómo hablar de drogas con los niños pequeños





nino-droga.jpgMuchos padres ni se imaginan tocando este tema con sus hijos pequeños; otros, lo hacen cuando ellos ya están entrando en la adolescencia y lo más probable es que sus hijos ya sepan acerca de las drogas.

Si un niño no se siente en confianza para tocar algún tema (en este caso drogas), buscará las respuestas de sus inquietudes en otras personas que no necesariamente les darán la información adecuada; por lo que el riesgo de que se involucre con las drogas será mayor. Dar información es la mejor manera de preparar a su niño contra las drogas y esta información debe iniciarse desde la etapa preescolar.

No se trata, de ninguna manera, en darle una charla acerca de las drogas a un niño preescolar (3 a 6 años), sino que los padres deben ir preparando el camino para ello. Primero es cultivar la confianza del niño y luego ir sentando las bases para ir introduciendo el tema poco a poco.

CULTIVANDO LA CONFIANZA DEL NIÑO

  • El cariño y la comunicación con sus hijos es primordial, si lo conseguimos, ellos nos pedirán ayuda y orientación cuando tengan dudas o curiosidades; evitando de esta manera que busquen las respuestas en personas extrañas que no necesariamente serán buenas.
  • Para conseguir y fomentar esta confianza debe interesarse en sus actividades, gustos, sentimientos; conversen acerca de lo que les ha pasado. Para ello es necesario evitar conversar con ellos emitiendo juicios de valor y demostrarles que está dispuesto a escucharlos sin criticarlos.

SENTANDO BASES PARA HABLAR SOBRE DROGAS

  • Cuando su hijo se enferme y deba tomar medicinas, explíquele que esta medicina sirve para bajarle la fiebre, la otra para que no le duela la garganta, etc.; por otro lado, también dígale que las medicinas se toman en momentos y cantidades que dice el médico y que si toma mucho de alguna medicina le va a hacer daño.
  • Es importante mantener a sus hijos ocupados en actividades positivas como practicar deportes, talleres de arte, actividades de servicio comunitario, realizar paseos familiares y con amigos conocidos, etc.; es decir, hacer que pertenezcan a círculos sanos que influencien de manera positiva en los niños.
  • Las campañas anti-tabaco también serán de gran ayuda, será fácil encontrar comerciales o carteles que lo digan, representando una oportunidad para explicarles que hay cosas que hacen daño al cuerpo y que deben evitarse. Poco a poco, conforme vayan creciendo e interesándose en el tema podrá hablar también de las drogas.
  • Actualmente se está tomando mayor preocupación acerca de los daños en el medioambiente; esta iniciativa puede ser el inicio para explicarles los efectos nocivos de los contaminadores ambientales, el tabaco, el alcohol y finalmente las drogas.  

 

 

 

 




 
   
 
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